De Dónde Viene la Tradición de Tomar Mate: Un Viaje a las Raíces Culturales de Sudamérica
Descubre el origen ancestral y la fascinante historia de la costumbre de tomar mate. Desde los guaraníes hasta hoy, un símbolo de unión en el sur de Sudamérica.

En WorldRynxo, nuestra pasión es desentrañar las historias detrás de las costumbres que definen a las culturas. Hoy, nos sumergimos en una de las tradiciones más emblemáticas del cono sur: de donde viene la tradición de tomar mate en el sur de Sudamérica.
Esta infusión, compartida en rondas de amigos, familias y hasta en solitarias contemplaciones, es mucho más que una simple bebida. Es un pilar social, un legado ancestral y un símbolo de identidad que ha sobrevivido a conquistas, prohibiciones y revoluciones. Para entender su poder, debemos viajar siglos atrás, a las frondosas selvas donde todo comenzó.
El Origen Ancestral: La Conexión Divina de los guaraníes con la Yerba Mate
Mucho antes de la llegada de los europeos, la selva paranaense, que abarca territorios de los actuales Paraguay, Argentina y Brasil, era el hogar del pueblo guaraní.
Para ellos, la planta de yerba mate (Ilex paraguariensis) no era un simple vegetal; era un regalo sagrado con un profundo significado espiritual y social.
La Leyenda de Yasí y la "Bebida de los Dioses"
La cosmovisión guaraní explica el origen del mate a través de hermosas leyendas. La más conocida cuenta que la diosa luna, Yasí, y la diosa nube, Araí, descendieron un día a la Tierra para caminar por la selva. Durante su paseo, fueron atacadas por un yaguareté (jaguar). Cuando todo parecía perdido, un viejo y sabio guaraní apareció y las salvó.
Como recompensa por su valentía, las diosas le revelaron una nueva planta y le enseñaron a preparar con sus hojas una "bebida de la amistad" que serviría para reconfortar, nutrir el cuerpo y el espíritu, y ser un símbolo de fraternidad. Esa planta era la yerba mate. Esta leyenda subraya la percepción del mate no como un descubrimiento humano, sino como un obsequio divino, destinado a la unión.
Más que una bebida: Un ritual social y espiritual
Para los guaraníes, el origen del mate guaraní está ligado a rituales. Masticaban las hojas directamente durante largas caminatas para obtener energía o las infusionaban en una calabaza con agua caliente.
Este acto, sin embargo, no era meramente funcional. Compartir la calabaza era un acto de comunidad y confianza. Servía como moneda de cambio, formaba parte de ceremonias religiosas y era un elemento central en sus consejos de ancianos. Creían que al compartir la infusión, compartían una energía vital que fortalecía los lazos de la tribu.
La Intervención Jesuita: De la "Hierba del Demonio" al "Oro Verde"
Con la llegada de los colonizadores españoles y los misioneros jesuitas en el siglo XVII, la costumbre de tomar mate se encontró con su primer gran obstáculo. Los religiosos, al observar el ritual indígena, lo consideraron una práctica pagana y peligrosa, llegando a prohibir su consumo y a calificarla como la "hierba del demonio".
Prohibición, Estudio y Aceptación
La prohibición, como suele ocurrir, no hizo más que aumentar la popularidad del mate, que ya se había extendido entre los colonos españoles.
Los jesuitas, pragmáticos y observadores, pronto notaron los efectos positivos de la planta: proporcionaba energía a los nativos para el arduo trabajo en las misiones y parecía alejarlos del alcoholismo, un problema creciente. Esto los llevó a estudiar la planta a fondo. En nuestra exploración, hemos visto cómo este cambio de perspectiva es crucial en la historia.
La Domesticación del Cultivo: El Secreto Jesuita que masificó el consumo
El mayor aporte de los jesuitas fue resolver un enigma que la naturaleza guardaba celosamente. La semilla de la yerba mate necesita pasar por el tracto digestivo de ciertas aves, como el tucán, para poder germinar.
Los jesuitas descubrieron un método para replicar este proceso, permitiendo por primera vez cultivar la yerba mate de forma sistemática y a gran escala. Este fue el nacimiento del "Oro Verde".
Las misiones jesuíticas se convirtieron en las mayores productoras y exportadoras, llevando el mate a ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Potosí, y consolidando su consumo en todo el Virreinato del Río de la Plata.
El mate y los jesuitas quedaron unidos para siempre en la historia.
El Mate Post-Jesuita: Símbolo de la Gauchería y la Identidad Nacional
Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, los yerbatales domesticados cayeron en el abandono, pero la costumbre ya estaba arraigada. Fue en este período que el mate encontró a su nuevo y más icónico embajador: el gaucho. Para este personaje errante de las pampas, el mate era un compañero inseparable.
Le ofrecía calor en las frías noches, energía para las largas jornadas de arreo y un ritual de camaradería al compartirlo junto al fogón. El mate se convirtió en un símbolo de la cultura gaucha: austero, hospitalario y resistente.
El Mate en la Actualidad: Una Costumbre que Trasciende Fronteras
Hoy, la historia de la yerba mate sigue escribiéndose. Es la bebida nacional de Argentina y Uruguay, y su consumo es masivo en Paraguay, el sur de Brasil, partes de Chile y Bolivia. La ronda de mate sigue siendo el pegamento social que une a las personas.
Se ofrece a las visitas como señal de bienvenida y es impensable para muchos comenzar el día sin él. Es un acto que borra las diferencias sociales: todos, sin importar su clase, comparten del mismo mate y la misma bombilla.
Conclusión: El Mate, un Legado Vivo de Unión y Tradición
En definitiva, la respuesta a de donde viene la tradición de tomar mate en el sur de Sudamérica es compleja y fascinante. Nació como un regalo divino para los guaraníes, fue domesticado y masificado por los jesuitas, se forjó como símbolo de identidad con los gauchos y hoy perdura como un ritual inalterable de conexión humana.
Tras nuestras pruebas e investigaciones, podemos afirmar que el mate es un puente entre el pasado y el presente; un legado que se ceba en cada ronda, recordando que las tradiciones más fuertes son aquellas que se comparten.